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Podemos distinguir dos tipos de machas pigmentadas por su frecuencia e importancia: el léntigo y el melasma

El léntigo es una hiperpigmentación que se presenta como pequeñas manchas en la piel, color marrón o negro, bien delimitadas que traduce un aumento de los melanocitos intraepidérmicos. Se deben distinguir tres formas: léntigo simple, léntigo solar y léntigo maligno. Este último se considera una forma de melanoma.

El melasma se caracteriza por el desarrollo de una pigmentación moteada o en parches que aparece de forma lenta y que desaparece con el tiempo.

Es especialmente frecuente en las mujeres jóvenes afectando a la frente, mejillas y labio superior. En lenguaje popular con frecuencia se le denomina la máscara del embarazo y también se le llama cloasma. Por lo general estas manchas son más visibles en las épocas de sol, en verano y después de un embarazo desapareciendo a los pocos meses. Nuevos embarazos pueden intensificar la pigmentación.

El tratamiento incluye la reducción de los factores desencadenantes, si se está tomando medicación anticonceptiva debe considerarse su eliminación. Es muy importante la utilización de filtros solares, debiéndose utilizar filtros de alta potencia, o maquillajes que tengan incorporados los filtros solares. Los peelings con sustancias despigmentantes, el láser y las fórmulas despigmentantes son tratamientos efectivos y complementarios para la resolución de este tipo de manchas.